viernes, 19 de julio de 2013

"¿Emprendiendo o convirtiéndome en Emprendedor?"

Siguiendo la tendencia innovadora lingüística que toma nuestro gobierno, me convertí en "Emprendedor", vocablo que está tan de moda en estos momentos y sobre todo en nuestro sector, el de la Educación.

Como todo hijo de vecino y cualquiera a quien le han eneseñado que para poder vivir hay que estar o mantenerse activo laboralmente. Como cualquier otra persona a la que le gusta su trabajo y no sabe estar a la sopa boba, esperando a ver de dónde vienen las ayudas, subvenciones o, símplemente a quien no le gusta vivir de los demás ya sean sus progenitores o sus predecesores. 



Emprendí una búsqueda concienzuda en el mercado laboral, picoteando de aquí y de allá, preguntando a todo el mundo, buscando en inumerables webs, inscribiéndome a todas ellas (con la consiguiente saturación de correo que eso conlleva) y la nula respuesta de ninguna de las ofertas.

  • Me gustaría hacer un llamamiento a toda empresa, por favor, si no están dispuestos a aceptar una demanda de trabajo en respuesta a su oferta, lo menos que podrían hacer, es molestarse en mandar un mail de agradecimiento, indicando que el perfil no se ajusta o que el puesto ya está cubierto. Considero una falta de educación no responder a los posibles aspirantes y todos nos merecemos un mínimo respeto.
Y en vista de las "grandes" promesas laborales existentes en el mercado en esos momentos (sigo hablando de principios de curso 2012-2013), me limité a tomar decisiones.
Las decisiones tomadas, fueron tomadas en base a unas circunstancias ya mencionadas anteriormente;  no había esperanza de poder acceder a una plaza mediante oposción pública, y porque como ya he comentado, uno, mientras pueda "y le dejen", quiere ser independiente y autosuficiente (en materia económica familiar, que es de lo que hablamos).

Encaucé mi vida laboral en otra dirección, dentro de la docencia, pero no la que anhelaba y sigo alenhalndo o deseando. Me convertí en cierto modo en un emprendedor, un emprendedor a medias.



Este tipo de trabajo me permitía tener una parte del horario fijo y por otro lado, poder gestionar otra gran parte del horario a mi gusto y disposicón. Esa era en principio una gran ventaja, pero como bien dice el dicho "no todo lo que reluce es oro". 

La parte negativa es que, al asumir muchos comprominos, se dispone de menos tiempo, cuesta cuadrar los tiempos, llegar a todo, toca trabajar de noche y elemininar horas de descanso,  y un largo etc., que si menciono, puede que cause el aburrimiento lector. 

Por si a alguien le sirve de consejo: nunca, nunca asumáis más trabajo del que realmente podáis atender, porque las consecuencas son nefastas. Stress entre muchas otras, sobre todo por no poder atender todos los compromisos adquiridos. 

¿Qué he aprendido de esta parte? He aprendido a decir no, no puedo, me es imposible y a no doblegar a pesar del miedo que pueda causar el no tener nada (estar falto de trabajo) en poco tiempo.

Así paso el resto del curso... pero no sólo así.

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