Con el curso bien adentrado, con cargas y compromisos laborales hasta las orejas, todo vuelve a ser una incertidumbre. No saber si finalmente se van a convocar plazas o no.
¿Son medias verdades o verdades a medias? ¿Son anzuelos o señuelos para mantenernos distraidos?. ¿No planifican con suficiente antelación o pretenden tenernos en constante ambivalencia frente a la toma importante de decisiones?. ¿No toman sus decisiones en base a datos que se supone que son fiables?.
El discurso va dirigido al pueblo, siempre en beneficio del pueblo, al menos así lo publican a los cuatro vientos, que por si no lo sabían son más de cuatro los vientos. No soy erudito en ningún tema, y tengo la sensación de que me están manipulando en todo momento. Quizás su pretensión es crear un país vacio de pensamiento crítico y que todos sumisamente agachemos la cabeza haciéndoles la reverencia ante sus decisiones y medidas.
¿Se puede vivir en una constante incertidumbre? Pues no, señoras y señores, no se puede. Juegan constantemente con nuestro futuro. Con nuestras espectativas, con nuestro trabajo y nuestras vidas.
Tras este inciso, porque no puedo evitar plantearme ciertas cuestiones, retomo el tema incial, la incertidumbre que me causó en ese momento el cambio en el pronóstico incial sobre la convocatoria de plazas para docentes en este territorio.
Leo las noticias del anuncio de las plazas en cada CC.AA., parecen esperanzadoras, pero aún sin saber cuándo, cómo, cuántas, y de qué especialidades. Todo gira en mi cabeza, como un tiovivo en marcha y sin parada. Vuelven a asaltarme las dudas, no sé qué hacer.
A diario me pregunto ¿serán ciertas las noticias? todo parece apuntar a que sí, pero ahora con todos los compromisos adquiridos, ¿podré prepar unas oposiciones para poder aspirar a una de las plazas?
Me asaltan las dudas de nuevo, no sé qué hacer, es una desesperación no tener claro cómo afrontar y buscar un hueco en mi ajetreada vida, donde poder encajar el temario, la programación, la legislación.
Recibo noticias por todas partes, amigos y amigas me las mandan, se preocupan por mi, mi situación, y no consigo decidirme.
Esta situación perdurará durante unos meses más, entre tanto, sigo con mi trabajo, mis copromisos y obligaciones que siguen aumentando y no puedo negarme por no tener claro si finalmente habrá o no convocatoria oficial.
Tras este inciso, porque no puedo evitar plantearme ciertas cuestiones, retomo el tema incial, la incertidumbre que me causó en ese momento el cambio en el pronóstico incial sobre la convocatoria de plazas para docentes en este territorio.
Leo las noticias del anuncio de las plazas en cada CC.AA., parecen esperanzadoras, pero aún sin saber cuándo, cómo, cuántas, y de qué especialidades. Todo gira en mi cabeza, como un tiovivo en marcha y sin parada. Vuelven a asaltarme las dudas, no sé qué hacer.
Me asaltan las dudas de nuevo, no sé qué hacer, es una desesperación no tener claro cómo afrontar y buscar un hueco en mi ajetreada vida, donde poder encajar el temario, la programación, la legislación.
Recibo noticias por todas partes, amigos y amigas me las mandan, se preocupan por mi, mi situación, y no consigo decidirme.
Esta situación perdurará durante unos meses más, entre tanto, sigo con mi trabajo, mis copromisos y obligaciones que siguen aumentando y no puedo negarme por no tener claro si finalmente habrá o no convocatoria oficial.
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